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Estudios Bíblicos > Dios

El tema de Dios es un tema muy elevado para discutir, para ello hemos preferido usar el texto introductorio del libro "Único en Majestad" de William MacDonald, que se acoge muy bien a nuestro sentir y pensar, aclaramos que cuando se refiere a las "Primera Parte" y "Segunda Parte" se refiere a las del libro "Único en Majestad":
 

"El hecho de la existencia de Dios significa que nosotros, como seres humanos, somos responsables. Si hay un Creador y Sustentador Supremo, las criaturas son responsables ante Él. Daniel Webster, el estadista americano, dijo que el pensamiento más profundo que tenía era el de su responsabilidad para con Dios.
Si la evolución fuese verdad, no habría normas morales para la sociedad. Si fuésemos el producto de una casualidad ciega, de una mezcla de moléculas al azar, nadie vería como algo malo las guerras, los crímenes, los robos, o cualquier otro comportamiento antisocial. Nadie sería responsable ante otra autoridad más alta.
El apóstol Pablo señala en Romanos 1 que todos saben que hay un Dios. Su existencia se revela en la creación; la creación demanda un Creador, como un diseño demanda un diseñador. También se revela en la conciencia; todos tenemos un conocimiento innato del bien y del mal. Las obras que la ley requiere están escritas en nuestro corazón.
Los paganos no quieren retener al Dios verdadero en su conocimiento. Saben que el creer en un Dios así pondría trabas a su estilo de vida, y por ello se vuelven a la idolatría. Se hacen imágenes de personas, pájaros, animales, y reptiles, y les adoran. Ya que cada imagen sucesiva representa un escalón menos en la escala de la creación, lo que ocurre es que se sienten cada vez menos responsables de vivir de una manera limpia. Si su Dios es una serpiente, no importa realmente cómo vivan. Esto aclara el estrecho lazo que hay entre la idolatría y la inmoralidad. Los ídolos hechos por seres humanos no hacen demandas morales a los adoradores.
Todos llegamos a ser como lo que adoramos. Ya sea que adoremos al dinero, la humanidad pecaminosa, los placeres carnales, las posesiones materiales, o imágenes talladas, comenzamos a representarlas y nos hacemos como ellas. Por otro lado, cuanto más adoramos a Dios, más somos transformados a Su imagen (2 Co. 3:18).
La creencia determina el comportamiento. Y ahí está la importancia de tener una visión verdadera y correcta de Dios. Cuanto más altos sean nuestros pensamientos de Él, más exaltadas, santas y gloriosas serán nuestras vidas.
Algunos de los atributos de Dios son únicamente Suyos. Estos son intransferibles, esto es, que no pueden ser compartidos con nosotros. Por ejemplo, Dios es el único Omnipotente, Omnisciente, y Omnipresente.
Nosotros no seremos nunca inmutables o infinitos. Aunque los creyentes vivirán para siempre, no son eternos, porque han tenido un comienzo. En la Primera Parte trataremos estos atributos únicos e intransferibles. Pero Dios también comparte algunos de Sus atributos, y a estos se les llaman atributos transferibles o imitables. Trataremos de ellos en la Segunda Parte. Por supuesto, nunca podremos tener estas cualidades en sus formas perfectas. Las nuestras siempre serán reflejos débiles y pálidos de las Suyas. Pero nosotros podemos amar, ser santos, y mostrar misericordia. Podemos ser justos y verdaderos, y mostrar gracia, piedad y generosidad. Y como podemos, debemos hacerlo. Así es como somos imitadores de Dios (Ef. 5:1).
El propósito de nuestro estudio, entonces, no es meramente saber acerca de los atributos de Dios, sino cultivar en nuestra vida cristiana diaria los que son compartidos o transferibles.
Ahora debemos ponernos a estudiar los atributos de Dios. Normalmente definimos a Dios recitando Sus atributos. Por ejemplo: “Dios es Espíritu, infinito, eterno, e inmutable en Su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, piedad, y verdad”.
Un estudio serio de las características de Dios, nos llevará inevitablemente a adorarle de una forma más sincera, a confiar en Él más completamente, a servirle con más fidelidad, y a buscar el conformarnos más a Él en todos nuestros caminos."

 
 
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